•Advierte que 72 mil niños se quedarían sin el esquema educativo y sin el legítimo derecho a la alimentación.
La Coordinadora Parlamentaria del PRI, Soraya Pérez Munguía exhortó al Gobernador del Estado, y a los titulares de las Secretarías, de Planeación y Finanzas y, de Educación, para que lleven a cabo las acciones que sean necesarias, a fin de que el programa “Escuelas del Tiempo Completo”, continúe aplicándose en el estado, en razón de los beneficios otorgados a los estudiantes que integran.
Afirmó que la cancelación de las Escuelas de Tiempo Completo, sería la “estocada final”, especialmente para las mujeres trabajadoras, al limitarlas a participar en el mercado laboral.
De ser así en todo el país se privaría al 70 por ciento de los 3.5 millones de niños beneficiados, especialmente de las zonas más marginadas del país, y de recibir la única comida que hacen al día, apuntó.
Y en el caso de la entidad, a 72 mil niñas y niños, se le estaría quitando el legítimo derecho a la alimentación. Es decir, que 7 de cada 10 niños tabasqueños, dejarían de llevarse algo a la boca y, en consecuencia, no tendrían las condiciones físicas ni anímicas para estudiar, porque que “con hambre, las letras no entran”, afirmó.
Precisó que gobernadores de la Ciudad de México, Puebla, Estado de México, Nuevo León, Guerrero y otros 8 estados, emanados de
distintas corrientes políticas, han reconocido los beneficios de este programa y se han decidido mantener las escuelas de tiempo completo con recursos estatales.
Durante su segunda participación en la máxima tribuna de los tabasqueños detalló que en el caso de la entidad en 2019 existían 618 escuelas de Tiempo Completo con recursos federales asignados por 317 millones de pesos beneficiando a unos 72 mil niños.
De 2020 a 2021, se comenzó a asfixiar al programa de manera gradual hasta dejarlo prácticamente, sin presupuesto para su operación.
Pérez Munguía explicó que las Escuelas de Tiempo Completo: garantizan el derecho a la educación y a la nutrición; mejoran el aprendizaje de materias elementales como Español y Matemáticas, así como Inglés y computación.
De igual manera facilita atender el rezago educativo generado por la pandemia; cierra las brechas de desigualdad entre escuelas marginadas y no marginadas; y facilita la inclusión laboral de madres trabajadoras, especialmente de comunidades marginadas.